En el vasto mundo de la nutrición, las creencias y mitos populares se propagan rápidamente, a menudo llevando a confusiones y decisiones alimentarias poco saludables. Aquí desmentiremos algunos de los mitos más comunes sobre la alimentación para que puedas tomar decisiones informadas sobre tu dieta.
1. Comer de Noche Engorda
Uno de los mitos más arraigados es la idea de que comer tarde por la noche resulta en aumento de peso. La verdad es que lo que importa es el balance calórico total a lo largo del día. Si consumes más calorías de las que quemas, incrementarás de peso, independientemente de cuándo las ingieras. No es el momento de la comida, sino la calidad y cantidad de los alimentos lo que cuenta.

De hecho, un snack saludable antes de dormir, como un yogur o una porción de frutos secos, puede ser una excelente opción para mantener estables los niveles de saciedad.
2. El Azúcar de la Fruta es Malo
Muchos evitan las frutas debido a su contenido de azúcar, creyendo erróneamente que es perjudicial. La realidad es que el azúcar presente en las frutas es una fuente natural de energía y viene acompañado de fibra, vitaminas y minerales esenciales.
La fibra ayuda a regular la absorción de azúcares y promueve una digestión saludable. Además, las frutas aportan antioxidantes que benefician la salud en general. Así que no temas incluir una variedad de frutas en tu dieta; son una excelente opción para satisfacer tus antojos de dulces de manera saludable.
3. Los Carbohidratos son Malos
Otro mito común es que los carbohidratos deben ser eliminados para perder peso o mejorar la salud. Los carbohidratos son una fuente esencial de energía para el cuerpo.
La clave es elegir carbohidratos saludables, como granos enteros, frutas y verduras, que aportan nutrientes importantes y fibra. La moderación y la calidad son fundamentales; no todos los carbohidratos son iguales.

4. Las Grasas son el Enemigo
Durante años, las grasas fueron estigmatizadas como el principal culpable del aumento de peso y las enfermedades. Sin embargo, las grasas saludables, como las que se encuentran en el aguacate, el aceite de oliva y los frutos secos, son cruciales para una dieta equilibrada.
Las grasas ayudan en la absorción de vitaminas liposolubles (A, D, E, K) y son fundamentales para la salud del cerebro y el corazón. Lo que realmente debemos evitar son las grasas trans y el exceso de grasas saturadas.